«(…) Ante la magnitud de la crisis sanitaria, económica y social, se ha impuesto la necesidad de que el Estado funcione dentro de una lógica cada vez más federal. Ante el imprescindible estado de alarma, aunque algunos nieguen la evidencia, aprobado por el Parlamento, jamás en el pasado había existido una cooperación tan intensa entre el Gobierno de España y las comunidades autónomas. Sus expresiones más claras han sido las conferencias de presidentes de periodicidad casi semanal. Una suerte de ‘cogobernanza’, inédita en el pasado, que, sin trastocar las competencias que la Constitución establece, ha permitido coordinar razonablemente bien decisiones que de otra manera habrían conducido al desorden.

Pues bien, esta institución, que en España está regulada en el art.146 de la Ley de Régimen Jurídico del Sector Público de 2015 y un Reglamento interno, es una figura típicamente federal. En los países federales de Europa como Alemania, Austria o Suiza, estas conferencias son claves para tratar las cuestiones más trascendentes del país, los temas europeos y otros. Un instrumento, en suma, junto a los Senados y las conferencias sectoriales, básico para el buen funcionamiento de un federalismo cooperativo, sustentado en la lealtad institucional. Aspecto este último que, en nuestro caso y por desgracia, suele fallar en comunidades autónomas obsesionadas con el ensueño separatista. Ahora bien, ¿por qué no ponemos en coherencia o consonancia lo que funciona correctamente en la realidad y nuestras leyes fundamentales?»

Lee el artículo completo en Hoy