SEMINARIO ORGANIZADO POR MADRID FEDERAL CON LA COLABORACIÓN DE LA FOM SOBRE El Estado autonómico en tiempo de pandemia: la necesidad de la profundización federal.

La agenda sanitaria debe condicionar más el discurso político.

Madrid, 15 de marzo de 2022

En la tarde ayer se celebró en la sede de la Fundación Ortega Marañón (FOM), un seminario organizado por Madrid Federal bajo el título El Estado autonómico en tiempo de pandemia: la necesidad de profundización federal”. En su introducción, el Vicepresidente de Madrid Federal, Juan Puig de la Bellacasa, agradeció a la FOM su colaboración y la cesión de su sede para la celebración del acto y abogó por una mayor federalización del sistema territorial español, poniendo como ejemplo la descentralización de servicios, como ocurre en países de nuestro entorno como Alemania.

El seminario fue presentado por la profesora de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid, Fabiola Mota, que glosó el currículo de los/as ponentes y apuntó las debilidades y carencias del Estado autonómico durante la pandemia. Mota ya apuntó algunos de los elementos que posteriormente servirían de debate como la relevancia y revitalización de la Conferencia de presidentes.

Descentralización y coordinación”

La profesora de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid, Sandra León, intervino en primer lugar para contextualizar las debilidades y fortalezas del Estado autonómico en el marco del debate público en España y también atendiendo a las experiencias de otros países, que han combinado descentralización y coordinación como Estados Unidos, Brasil o Alemania. Destacó como durante la primera etapa de la pandemia, España centralizó la decisión política a través del Gobierno de Sánchez, lo que abrió “un paréntesis en la rendición de cuentas de las CCAA,  obviando sus competencias y derivando toda responsabilidad hacia el Gobierno de España”.

Sandra León atribuyó otras deficiencias en la acción política durante la pandemia a la propia disfuncionalidad del modelo territorial, agravada por la escasa capacidad de las CCAA en la producción legislativa de nuestro país”. La profesora de Ciencia Política advirtió igualmente que los mecanismos institucionales estaban mal engrasados después de varios años sin funcionar con anteriores gobiernos, y destacó la ausencia de lealtad de las administraciones autonómicas, lo que, con frecuencia, se convirtió en el abuso de la dinámica bilateral. Solo en la coordinación de la primera desescalada de la pandemia, seis meses después de  declarado el Estado de Alarma, entraron en juego las CCAA, evaluando los riesgos sanitarios y los riesgos económicos en un difícil equilibrio como consecuencia de los factores que estaban en juego”. 

Poner en marcha las distintas medidas para combatir la pandemia y aplicar de forma responsable descentralización y coordinación no fue fácil, en una coyuntura de crecimiento de la ultraderecha de VOX, justo cuando avanzaban en España ciertas tendencias centralizadoras, sin saber con certeza si este avance obedecía a una situación de coyuntura o era un fenómeno más perdurable. No obstante, Sandra León, cree observar que, a pesar del abolicionismo autonómico de la derecha radical, a medida que esta gana espacio institucional en la competición electoral (acaba de entrar en el Gobierno de Castilla y León), será el poder autonómico el que finalmente se imponga a su retórica prohibicionista de las autonomías y no al revés”.

Concluyó su intervención la profesora León, apuntando algún lastre en esta trayectoria política contra la pandemia, por ejemplo, la acusada desactivación de la acción política de las autonomías, pero también avances como el recurso común a instrumentos claramente federales, la Conferencia de Presidentes o las Conferencias Sectoriales, además de un mayor control democrático de la ciudadanía. El gran reto, sin embargo, es el de recuperar la lealtad institucional, esencial para construir un proyecto de país”.

“Federalismo cooperativo”

A continuación intervino José Manuel Freire, médico de profesión ;  profesor de la Escuela Nacional de Sanidad y con una amplia experiencia en la gestión política. Ha sido director general de Atención Primaria de la Junta de Andalucía, consejero de Sanidad y Consumo del Gobierno Vasco y portavoz de Sanidad del PSOE en la Asamblea de Madrid durante los inicios de la pandemia, hasta las últimas elecciones.

Precisamente llamó la atención sobre cómo la pandemia ha demostrado que “el sistema sanitario es el elemento clave de la seguridad del país y que cubre a toda la población por un precio razonable”. En esta línea destacó que el Sistema Nacional de Salud “es uno de los grandes logros de la sociedad española a pesar de que no haya conciencia de ello”, asunto éste que reiteró durante su intervención. 

Abogó José Manuel Freire por “avanzar en un federalismo cooperativo”, sobre el que, apuntó, se puede avanzar sin necesidad de cambiar la ley.

Hizo asimismo un pedagógico repaso del Sistema Nacional de Salud, con un antecedente muy claro, el seguro obligatorio, creado en la Segunda República, en 1931 y cuyo desarrollo se vio interrumpido por la Guerra Civil. Tras la contienda renace pero con una connotación muy clara, pues era para “productores económicos débiles”.

Con la consecución de la democracia, la Constitución generaría un problema en la Sanidad española porque, tal como relató el profesor Freire, se ahondaría en una dualidad: la Asistencia Sanitaria, que dependería de la Seguridad Social y la Salud Pública, adscrita al apartado de Sanidad e Higiene. Esta segunda pata, sería rápidamente transferida a todas las comunidades en 1979. Por su parte, la Asistencia Sanitaria, depende de los gobiernos autónomos pero son organismos aparte.

La cronología de las transferencias sanitarias a las comunidades autónomas es un asunto importante para conocer el estado actual,. Estas se iniciaron en 1981 en Cataluña y, como recordó Freire, concluyó en 2000 con el traspaso en bloque de las diez autonomías que faltaban, entre ellas, Madrid. “El año 2000 supone un antes y un después porque la sanidad deja de estar financiada centralmente”, aseguró el ponente.  En ese escenario se refirió a la ley de cohesión y calidad de Ana Pastor que intentó “poner un poco de orden” y hacer más racional la relación entre el Ministerio con las comunidades autónomas.

El Sistema Nacional de Salud se encontraba en un “confortable malestar” cuando estalló la pandemia y España se encontró con cifras aterradoras de enfermedad y muerte y con 160.000 sanitarios afectados. Lo que implicaba que la sanidad necesitaba ser reforzada y “evidenció que la coordinación entre el Ministerio y las comunidades autónomas no había sido buena”. El propio Congreso de los Diputados, recordó Freire, reconoció las carencias y se emplazó a crear un nuevo marco y plantear un cambio radical y de fondo.

Es ahí, tras la argumentación, donde entra en juego la tesis de José Manuel Freire. Esto es, la necesidad de “agencializar” funciones, dotándolas de personalidad jurídica, por ejemplo, en sistemas de información, procesos logísticos, evaluación y fomento de pacientes o planificación de alta especialidad.

Con todo, en opinión del profesor, “agencializar” implica “avanzar en federalismo cooperativo distanciándose del Gobierno”, como ya lo hacen   tantos países: Estados Unidos, Suecia, Italia o Canadá.