Nicolás Sartorius, que fue presentado por el presidente de FED, Joan Botella, comenzó felicitándose porque “si hace tres o cuatro años y con una pandemia en medio sólo había en España una organización federalista -Federalistas d’Esquerras-, ahora hay catorce”, es decir, en todas las comunidades excepto Asturias, Canarias, La Rioja y Murcia, que están en trámites.

En su intervención el presidente de la Asociación por una España Federal recordó que existen varios tipos de federalismo, pero “el nuestro tiene que partir de la Constitución del 78” que según la doctrina es un sistema “cuasi federal”, pero no lo será hasta que no se culminen determinadas reformas. Se refería Sartorius a la necesidad de desarrollar la Constitución en un sentido federal, esto es, “un federalismo cooperativo, solidario, basado en la lealtad institucional y en la unidad ante los grandes retos que como país tenemos”.

Este desarrollo constitucional exige consensos políticos y sociales, “consensos que hay que trabajarlos y que son puntos de llegada, no puntos de partida”.

En esta línea, reiteró Sartorius que el federalismo no es un problema de derechas ni de izquierdas, “el federalismo es un marco de organización del Estado” y, en el caso español supone “la evolución normal del estado autonómico”.

En este escenario, abogó por “un federalismo con sólidos gobiernos autonómicos y una autoridad federal fuerte y dinámica”, algo que no es incompatible como demuestran países como Estados Unidos o Alemania. 

Sintetizó Sartorius en tres grandes cuestiones las reformas necesarias: competencias, financiación y organización y coordinación. Respecto a este primer pilar, las competencias, resulta evidente que en la actualidad no están bien organizadas en la Constitución española porque existe mucha confusión sobre quién hace qué, lo cual satura al Tribunal Constitucional.

En opinión del presidente de la Asociación Por España Federal, “todo lo que afecta al estado del bienestar (educación, sanidad, pensiones…) debe tener una regulación del Estado”. También en este contexto destacó la relevancia del “federalismo municipal” ya que los ayuntamientos son las administraciones más cercanas a la ciudadanía deben aumentar sus competencias, fundamentalmente en las ciudades con mayor población.

La segunda cuestión, organización y coordinación, a grandes rasgos, supondría la reforma del Senado, para convertirlo en una cámara similar al Consejo Federal de Alemania (Bundesrat), con competencias legislativas en asuntos que afecten a los territorios.

Por último, respecto a la financiación, considera Sartorius que debe mejorarse su regulación en la Carta Magna, ya que, en la actualidad, sólo tres artículos de la Constitución abordan este tema, frente a, por ejemplo, los catorce o quince de la alemana.

En el tramo final de su intervención, Nicolás Sartorius se refirió a fórmulas de actuación para generar federalismo sin que supongan una reforma de la Constitución. Por ejemplo, las comisiones sectoriales o el sistema de conferencias de presidentes, que es típicamente federal, y que debería regularse e institucionalizarse. Otra fórmula sería la descentralización de instituciones del Estado, ya acometida por el actual Gobierno con la Agencia de Inteligencia Artificial, la Agencia de la Salud Pública, la Agencia Espacial Española… Es decir, sacar del centralismo madrileño las nuevas instituciones, así como crear un sistema de transportes más radial que no obligue a pasar por el centro a las vías de comunicación.

Por último, quiso destacar Sartorius que hay que mejorar la participación de las comunidades autónomas en los asuntos europeos, “por ejemplo, no tiene sentido que, si en Europa se discute de pesca, no acuda Galicia a ese debate”. Así, en su opinión, “España ya no es sólo España. España es un estado hispanoeuropeo, porque el 60 % de los asuntos se resuelven en Europa”. Y concluyó abogando por la “cohesión social y territorial y por fortalecer las instituciones sin olvidar la revolución digital que lo está cambiando todo”.