–¿Considera que esta dependencia es un ejemplo del problema territorial de España?
–Tenemos un problema territorial que no solo implica a Cataluña. En España se ha abordado un proceso de descentralización muy fuerte que, en mi opinión, ha sido positivo. Pero ahora llega un momento en el que se necesita hacer un ajuste: la España de las autonomías ha derivado a una serie de disfunciones que sería bueno corregir.
–¿Por qué se han dado estas disfunciones? ¿Se pensó mal el modelo?
–España en este momento es un estado cuasifederal y tenemos que asumir que no se puede ser durante toda la vida cuasi-algo. Falta culminar el proceso. Así, para tener una verdadera estructura federal se requiere un Senado que sea una cámara de representación territorial. Ahora no tenemos un espacio en el que los problemas de las comunidades autónomas se puedan abordar en su conjunto. Esto ha provocado que la bilateralidad prime en exceso.